La web 2.0 me beneficia y ayuda mucho en la literatura, porque gracias a ella puedo buscar palabras que no me sepa el significado, me enseña cómo escribir palabras que no sepa, me ayuda a buscar temas de literaturas lo cual puedo aprender mucho mas, además de lo que aprendo en clases y puedo buscar ejemplos y ejercicios sobre ello, comprar o buscar novelas o cuentos que el profesor mande y resúmenes, capítulos de las novelas etc., como por ejemplo pude encontrar las rapsodias de “La Odisea”, la web 2.0 también me ayuda con temas como por ejemplo : el uso de la b y v, acentuación, los géneros literarios, los movimientos literarios, etc., según Joaquín Guillén Márquezl futuro del libro es incierto, sabemos que no nos quedaremos sin literatura. Ahora, si a toda esa polémica le agregamos la palabra «internet», la discusión se hará mucho más interesante.
La literatura y el internet tienen una relación de amor y odio. Mientras algunos proclaman la muerte de los libros (como fue mencionado), gritan y desprecian los ebooks, otras personas simplemente se fascinan por las facilidades que el internet ha traído: desde compras de libros que son simplemente imposibles de conseguir en México (o en su defecto, ridículamente caros) hasta encontrar sitios dedicados a escritores, con muchos de sus trabajos. Cabe mencionar que si los derechos de autor siguen vigentes, existe la posibilidad de que sea la primera y última vez que encontrarás sus obras en línea. Lejos de la facilidad para encontrar textos en formato digital (ya sea gratis o comprándolos), hay puntos donde el internet ha jugado un rol importante en el desarrollo literario, los cuales pueden darnos el coraje suficiente para empezar una relación excelente que marcará la literatura en el siglo XXI.
Hacer una búsqueda en Google acerca de temas literarios siempre es una cadena de links, algo que no se puede hacer en quince minutos. Un blog nos lleva a un artículo, y ese artículo cita a otros, y así. Es algo interminable, casi como un cuento de Kafka. La mayoría de estos textos, sin ser totalmente especializada, saciará el placer chismoso de los estudiantes de literatura. Muchas polémicas entre los escritores canónicos están registradas y pueden leerse de manera gratuita. La investigación literaria nunca se había visto de una manera tan «¡hágalo usted mismo!». En Google Books (con tantos fans como enemigos) podemos encontrar una base de datos enorme, con el apoyo de universidades de todo el mundo. Hay textos completos de libros de la UNAM, que pueden ser consultados de una manera electrónica. Si a eso se le agrega el dominio de una lengua como el inglés, Google Books es una fuente principal para los ensayos literarios y académicos. Uno de los puntos negativos de esta iniciativa de Google (y que realmente no es por la culpa de esa empresa, sino de las editoriales) es no encontrar vistas previas disponibles de los libros. Aún peor: encontrar varias páginas y ver que hay algunas restringidas por la editorial. En muchos casos esto se vuelve frustrante por no encontrar la información requerida.
Existen otras páginas donde el resultado no es encontrar el texto, sino que hay datos adicionales que ayudan a una búsqueda más detallada de autores, temas y fichas bibliográficas: Dialnet, Wikipedia y el mismo Google Books son ejemplos confiables de ello. Si estos sitios son pilares fundamentales del ejercicio literario en línea, no es nada comparado con las bases de datos que están en línea. Los journals son una fuente incomparable de investigación, de datos, de bibliografía, que con su correcto uso harán fluir el conocimiento y los temas de una manera envidiable.
La mayoría de las universidades tiene acceso a sitios como JSTOR, esta base de datos en línea, que guarda las investigaciones en archivos .pdf para la consulta, el sr Joaquín esta desacuerdo con la gente que dice que la literatura desaparecerá por la web 2.0